La Biblioteca del Centenario
Reapertura, historia y oportunidad
“El amor a las bibliotecas, como la mayor
parte de los amores, hay que aprenderlo”
Alberto Manguel, La biblioteca de noche
No son pocas las reflexiones de Alberto
Manguel (2005) sobre su biblioteca personal que pueden extrapolarse, de forma
más o menos precisa, a las bibliotecas públicas de las ciudades colombianas. Algunas
han sido azar, otras fueron o son identidad, todas comúnmente son espacio y
orden, pero otras también han sido mito, olvido y supervivencia. Muchas en sus
orígenes o deambular alcanzaron incluso a ser poder. Con cien años formalmente cumplidos,
pero con muchos más si se piensa en la idea que le dio origen,
la Biblioteca del Centenario de Cali representó varias de estas facetas a
lo largo de su inestable trayectoria.
Creada como espacio de calidades modernizantes,
sus primeras décadas fueron de encuentro, celebración y, por supuesto, de
prácticas lectoras y emprendimientos bibliográficos. Sostenida por la
municipalidad, pero administrada por la menuda élite letrada de la ciudad, esta
biblioteca albergó y dio cumplimiento a múltiples deseos, vinculados en su
mayoría al quehacer literario de poetas, escritores e historiadores
aficionados. Nuevos y no tan nuevos grupos lectores, como las mujeres, los
trabajadores y, tiempo después, el estudiantado universitario, transitarían también
por esta biblioteca. La segunda mitad del siglo XX marcaría sin embargo el
final de su etapa más dinámica. Perdida entre las decisiones políticas y
desplazada también de los círculos lectores que le daban prestigio, la
biblioteca comenzó a volverse mito, sombra. De espacio pionero de la cultura
caleña, la Biblioteca del Centenario pasó a ser un lugar casi irrelevante del
acontecer sociocultural caleño hasta la década de 1990. Sólo la cercanía de su
primer centenario, como se verá en la noticia anexa, pareció conmover los
suficientes dolientes para que su recuperación y reactivación, así como la
escritura de la historia de sus inicios y agitado transitar, pudiera
comprometerse y adelantarse de manera exitosa.
De este modo, y ciertamente salvada de
convertirse en un lugar de la memoria, la Biblioteca del Centenario parece
volver a comenzar con el amanecer de otra segunda década de siglo. Ha dejado de
ser poder y olvido, y hoy es una muestra de supervivencia -con mutilaciones-, algo
sin duda importante y valioso, pero que también debe llamar la atención ciudadana
sobre su contemporánea pertinencia en términos culturales, educativos, e
históricos. Parafraseando de nuevo a Manguel, hoy la Biblioteca del Centenario se
ofrece como taller, con espacios y estrategias nuevas, que la hacen visible y
aprovechable desde la disciplina histórica, razones por las que el Grupo
Nación/Cultura/Memoria celebra su retorno y le desea un mejor transitar en este
nuevo periodo, ojalá lejos de las sendas del desorden y la neglicencia.
Tomado de: http://www.mincultura.gov.co/micrositios/prensa/infraestructura-valledelcauca/#!/ |
Noticia sobre la reapertura:
Con motivo de la celebración del Bicentenario
de Colombia en 2010, la Secretaría de Cultura y Turismo de Santiago de Cali
inició un proyecto para recuperar la memoria histórica de la Biblioteca del
Centenario, primera biblioteca pública de la ciudad. Esta iniciativa se vio
plasmada en el proyecto editorial: Biblioteca del Centenario, 100
años de fundación, desarrollado por las historiadoras
e investigadoras del grupo Nación/Cultura/Memoria: Eddy Carolina Sánchez
Fuertes y Diana Romero Tenorio, trabajo próximo a lanzarse de manera oficial
La realización de este trabajo editorial motivó nuevos proyectos
en torno a la Biblioteca, entre ellos la recuperación integral de su
infraestructura física y esquema organizacional. El objetivo era adecuar y
modernizar las instalaciones de la casa donde funcionaba la biblioteca desde la
segunda mitad del siglo XX, dotándola de un nuevo mobiliario que ofreciese un
mejor servicio a los usuarios. El proyecto fue encabezado por su directora
encargada María Amparo
Guerrero (2008-2010) quien trabajó fuertemente por devolverle a esta institución el lugar destacado que
merece en el ámbito cultural de la ciudad. El proyecto fue apoyado por la Red
de Bibliotecas Públicas Comunitarias de Cali a través de la Secretaría de Cultura
y Turismo de Cali, Ministerio de Cultura, Fundación Biblio TEC, Fundación
Carvajal y Fundación Cristiana de Jóvenes ACJ-YCM desde el año 2010 hasta el
2012. Gracias al apoyo de estas entidades, la obra de adecuación logró llevarse
a cabo y el 25 de febrero de 2013
tuvo lugar la apertura de la Biblioteca, acto que contó con la presencia del
presidente de la república Juan Manuel Santos, quien hizo formal su
reinauguración. En ese marco, la Biblioteca presentará a la comunidad
caleña en el mes de marzo, el libro que recoge la historia de su primer
siglo: Biblioteca del Centenario, 100 años de fundación.
Después de permanecer cerrada poco
más de dos años, son muchas las expectativas en torno a la Biblioteca del
Centenario, su apertura significa no sólo el regreso a la vida cultural de uno
de los espacios insignia de Santiago de Cali, sino además el inicio de
diferentes programas y proyectos a los esta institución que le
apostará. De momento, se presenta ante ustedes con unas instalaciones
totalmente renovadas y un espíritu reavivado, con un aire moderno y antiguo que
refleja su identidad, donde convive un pasado con más de cien años de historia
y un presente dinámico e innovador. La Biblioteca cuenta hoy con
cinco salas de lectura distribuidas en sus dos niveles, en la planta baja,
aparecen las salas La Tertulia, donde se
encuentran libros de ciencias naturales, medicina y novedades; y Rin-Rin, que está dedicada
a públicos infantiles. En el segundo piso encontramos las salas: El
Ferrocarril, que alberga la colección de literatura
general; El Relator, que
se configura como la sala patrimonial, donde se encuentran los
libros antiguos y la colección especial de la Biblioteca; y La
Retreta que ofrece libros de sociales, religión y artes. También
cuenta el nuevo edificio con dos áreas de lectura al aire libre, la primera el
Café Libro Avenida del Río, ubicada en el primer nivel, y
la terraza Charco del Burro, igualmente, se dotó a esta
institución con un Auditorio que fue llamado El Obelisco. Cada nombre fue escogido en
homenaje a algunos iconos de la ciudad, especialmente con algunos ligados al
barrio El Peñón, barrio donde funciona la Biblioteca.
Sala de lectura La Tertulia. |
Sala de lectura infantil Rin Rin |
Atrás quedó la imagen de la biblioteca como simple custodio de
libros, hoy su reto es funcionar bajo el lema de "Bibliotecas Vivas", ofreciendo espacios dinámicos donde los usuarios puedan interactuar con las letras, la historia, la cultura y el arte de una mnaera más amena. Se pretende, en síntesis, que la nueva Biblioteca del Centenario logre atender a las demandas de los diferentes sectores: estudiantes, docentes, círculos artísticos, colectivos culturales, grupos de investigación, etc., estableciendo con ellos canales de comunicación que permitan el aprovechamiento del nuevo espacio y la construcción de propuestas que favorezcan a la comunidad en general.
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